Las autoridades de Doral, ciudad con mayor número de migrantes venezolanos, anunció que colaborará con el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Este anuncio forma parte del programa de deportaciones que el gobierno de Donald Trump ha llevado a cabo con insistencia en el territorio estadounidense.
El miércoles de esta semana hubo una reunión del consejo en la que hablaron de este tema crucial para muchos migrantes que están en la ciudad.
“Aprobar esto es doloroso para todos. Todos somos inmigrantes. Yo soy inmigrante. Todos aquí tenemos familias que provienen de diferentes lugares donde, en este momento, hay un gran sufrimiento”, declaró el fiscal municipal Lorenzo Cobiella en la reunión.
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En su mensaje, añadió: “Sin embargo, todos juramos defender y proteger la ley”.
Cobiella también dijo: “Y en este caso, tenemos muy poca discreción sobre lo que podemos hacer. El estado nos obliga a tomar ciertas medidas y, si no las tomamos, nos amenazan con sanciones penales”.
La venezolana-estadounidense Adelis Ferr también participó en esta reunión y dijo: “La decisión de la Ciudad de Doral de alinearse con el ICE marca un cambio peligroso que amenaza la seguridad, la dignidad y la confianza de las mismas personas que construyeron esta comunidad”.
Además consideró: “Convertir la Policía de Doral en un brazo de la Policía federal de inmigración destruye la confianza. Cuando la gente le teme a la Policía, no denuncia los delitos. Las víctimas guardan silencio, los testigos desaparecen y todos estamos menos seguros”.
Se estima que en Doral viven unos 27.000 inmigrantes venezolanos, la mayor cantidad de personas de esta nacionalidad en los Estados Unidos.