El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este martes la decisión de retirar a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo, menos de una semana después de que Donald Trump dejara el cargo. La inclusión de la isla en esta lista, impuesta durante el mandato del expresidente republicano, conllevaba severas sanciones económicas y restricciones diplomáticas.
La medida adoptada por Biden busca facilitar la liberación inminente de varios presos cubanos, en un proceso que cuenta con la mediación del Vaticano, según informaron altos funcionarios de la Administración estadounidense. Esta decisión también incluye la suspensión de la capacidad de los ciudadanos estadounidenses para demandar en tribunales por la expropiación de sus propiedades en Cuba y el levantamiento de algunas sanciones financieras.
La Casa Blanca anticipó que “en relativamente poco tiempo” se producirá la liberación de un número “significativo” de prisioneros en Cuba, incluyendo a aquellos detenidos tras las protestas del 11 de julio de 2021. Fuentes cercanas a la Administración Biden señalaron que han recibido solicitudes en los últimos años por parte de varios socios internacionales, como la Unión Europea (UE), España, Brasil, Colombia, Chile y Canadá, para reconsiderar la designación de Cuba como país patrocinador del terrorismo.
La inclusión de Cuba en esta lista en enero de 2021 fue una de las últimas decisiones tomadas por Trump antes de finalizar su mandato. En ese momento, Estados Unidos justificó esta medida aludiendo a la presencia en la isla de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) colombiano, quienes viajaron a La Habana para iniciar negociaciones con el Gobierno colombiano.
La designación como país terrorista implica restricciones significativas, incluyendo una prohibición sobre la venta de armas a Cuba, un mayor control sobre sus exportaciones y limitaciones en la ayuda exterior. Con este nuevo enfoque, Biden parece buscar un cambio en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, abriendo posibilidades para un diálogo más constructivo y humanitario.