El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se encuentra bajo creciente presión de su propio Partido Liberal para que renuncie, especialmente tras la renuncia abrupta de su principal ministra, quien criticó su gestión del presupuesto.
Trudeau ha estado al frente de Canadá durante casi diez años, pero su popularidad ha disminuido considerablemente en los últimos tiempos, debido a diversos problemas, como el alto costo de vida y la inflación elevada.
Actualmente, no hay un mecanismo que permita a su partido forzarlo a renunciar de manera inmediata. Trudeau podría optar por dimitir, o su partido podría ser destituido del poder a través de un voto de censura en el Parlamento, lo que podría llevar a elecciones que probablemente beneficiarían al Partido Conservador. Si su partido logra sobrevivir a un voto en el Parlamento —lo cual parece cada vez más difícil—, Trudeau podría decidir continuar como primer ministro hasta que se convoquen nuevas elecciones.