Las cifras del gobierno estadounidense actual siguen sin una coherencia lógica en la economía de Estados Unidos bajo el mandato de Joe Biden, a menos de un año de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024.

La Reserva Federal ha realizado 11 subidas de tasas de interés desde marzo de 2022 para frenar el consumo; sin embargo, según las cifras oficiales, sucede lo contrario.

Los expertos afirman que es ”muy improbable” que la Casa Blanca “haya logrado cambiar” los ritmos y comportamientos naturales del sistema capitalista estadounidense y que al pensar de esta forma, las cifras que proyectan puede ser totalmente falsas.

Según las oficinas del actual presidente, la economía creció a una tasa anual de 5,2% entre julio y septiembre, debido al gasto de los consumidores y a pesar de los aumentos de las tasas de interés que han llevado la referencia a 5,25%-5,50%, la más fuerte alza en los últimos 22 años.

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Asimismo, el Banco Central aseguró que la inflación se ha desacelerado muy por debajo del 4%, cuando los precios de muchos productos siguen su ascenso diariamente.

El gobierno había estimado previamente que la economía había crecido a una tasa anual de 4,9% en el trimestre anterior y la información difundida  ahora indica que supuestamente la economía tuvo un pronunciado aceleramiento comparado con el ritmo de 2,1% registrado entre abril y junio. 

El gasto de los consumidores, que es el motor de la economía, aumentó a una tasa anual de 3,6% de julio a septiembre, menos del estimado anterior de 4%.

El crecimiento también se debe a un aumento en el gasto y las inversiones del gobierno a todo nivel: federal, estatal y local.

El mercado laboral se enfría, y contribuye al freno del consumo y los niveles inflacionarios y esto genera grandes debates e interrogantes sobre el crecimiento.

La combinación de menos inflación y más contrataciones ha suscitado esperanzas de que el Banco Central estadounidense logre asentarse de la forma menos destructiva posible.