En una sentencia que marca un capítulo en un caso de fraude millonario, la jueza federal Camille Vélez Rivé ha condenado a David Vélez Hernández a tres años y un mes de prisión. Vélez Hernández, quien se declaró culpable en el mismo caso que los primos del gobernador Pedro Pierluisi Urrutia, compareció ante la sala judicial en Hato Rey, acompañado de su abogado Juan R. Acevedo Cruz.
Este caso se centra en el presunto desvío de más de $3.7 millones en fondos federales entre los años 2014 y 2022. Los hermanos Pierluisi Isern, Eduardo y Walter, enfrentaron acusaciones similares en este esquema de fraude que conmocionó a Puerto Rico.
La sentencia de David Vélez Hernández es el último capítulo de un caso que ha sacudido los cimientos de la confianza pública en el manejo de fondos federales. Su comparecencia en la sala judicial fue un momento de reflexión y disculpa, donde expresó remordimiento por sus acciones.
Vélez Hernández, quien ocupaba el cargo de director de Finanzas de American Management and Administration Corporation (AMAC) durante el período en que ocurrió el esquema de apropiación ilegal de fondos, reconoció la gravedad de su delito. En sus propias palabras, “Reconozco que el delito que cometí no solo defraudó la confianza depositada en mí para el manejo de fondos federales, sino que también causó una pérdida en fondos que debieron haber sido para fines públicos para los cuales fueron aprobados”.
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El caso arrojó luz sobre un esquema elaborado en el que Vélez Hernández y los hermanos Pierluisi Isern establecieron un plan para desviar fondos federales destinados a brindar servicios a residenciales públicos. Este desvío de fondos involucró la presentación de facturas falsas por parte de compañías controladas por ellos y la posterior conversión de esos fondos en beneficio personal.
La sentencia de tres años y un mes de prisión, así como la orden de restitución de $876,639, destaca la gravedad de los actos cometidos por Vélez Hernández. Sin embargo, la fiscal federal del caso, Marie Christine Amy, subrayó que no se trató de un “error de juicio” aislado, sino de un esquema prolongado y premeditado que involucró a personas cercanas y confiables.
La jueza Camille Vélez Rivé, al pronunciar la sentencia, enfatizó la importancia de la responsabilidad y la gravedad de los delitos cometidos. La condena de tres años y un mes en prisión es una clara señal de que la justicia busca castigar el fraude y proteger los fondos públicos destinados a la comunidad.
El caso de David Vélez Hernández es un recordatorio de la necesidad de una supervisión adecuada y una rendición de cuentas estricta en el manejo de los recursos públicos. El fraude de fondos federales no solo socava la confianza en el sistema, sino que también afecta directamente a aquellos que dependen de los servicios que estos fondos deberían proporcionar.
La fiscal federal, Marie Christine Amy, destacó que Vélez Hernández tuvo numerosas oportunidades para detener su participación en el esquema, pero eligió continuar. Esto subraya la intencionalidad detrás de sus acciones y la necesidad de sanciones adecuadas.
En última instancia, esta sentencia refuerza el compromiso de Puerto Rico y su sistema judicial para abordar el fraude y la corrupción con seriedad. El caso de Vélez Hernández y los hermanos Pierluisi Isern es un llamado a la transparencia, la ética y la integridad en el manejo de los recursos públicos, valores fundamentales para la construcción de una sociedad justa y equitativa.
