martes, noviembre 26, 2024
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Crítica de “Rápidos y Furiosos 9” por Roberto Echeto

Por Roberto Echeto.

Vi Rápidos y Furiosos 9. Antes de la película, junto con la publicidad y los tráilers, aparece Vin Diesel en un comercial de Cinemark hablando de la alegría de volver al cine y de disfrutar una forma de entretenimiento que tiene cien años. ⁣⁣ No sé por qué esas palabras le dieron sentido a lo que vino después: explosiones, persecusiones, tiroteos, chistes malos, más explosiones, más tiroteos, más persecusiones… Porque Rápidos y Furiosos no es más que eso y, en ese sentido es honesto porque no ofrece ni da nada más que eso que sabes que fuiste a ver.

Olvídate de la lógica y de si el chino que se muere en la tercera, aparece en la cuarta y en la quinta y aparece en ésta otra vez o de si el protagonista de la tercera también sale en la nueve y así. No hay por qué romperse el coco porque quienes aparezcan en la pantalla no interesa.

Lo que interesa es la acción; el camión que se voltea gracias a los electroimanes, el carro que Toretto amarra a una guaya y lo hace saltar un acantilado, el carro que el otro Toretto hace saltar por un barranco y un avión lo atrapa en el aire, el carro devenido en nave espacial con la que los dos negros chistosos de la película acaban con un satélite…⁣⁣ Lo que sí tiene el cine contemporáneo es que no perdona a los actores ni a los encargados del maquillaje.

Todo el elenco sale acabado. Las bellezas de antaño, salvo Charlize Theron, salen ajadas y como si se levantaran todas las mañanas a vender empanadas en el Terminal de Oriente; los tipos salen llenos de arrugas, sobremaquillados, gordos, pero, como siempre, posando de malandros y rompiendo paredes a golpes. ⁣⁣ Lo mejor de la película es que los personajes se muestran conscientes del enorme absurdo y en algún momento lo expresan. ¿Cómo es que nos disparan, volteamos y volamos carros y nunca nos pasa nada? ¿Cómo es que nos morimos y regresamos en la siguiente aventura como si nada? Hasta el personaje del difunto Paul Walker aparece vivo en este episodio de la saga y hasta hace un amago de salir en escena cuando, al final, su carro llega apurado, como siempre, a la sempiterna parrilla de esta gente que termina sus trabajos comiendo hamburguesas y jojotos.⁣⁣

Qué raro es el negocio del entretenimiento. Qué loca es la fantasía de los gorditos encargados del mercadeo hollywoodense, que en algún momento descubrieron que al público no le interesa la lógica narrativa, sino el ritmo y la emoción que producen algunos patrones que son comunes en la forma de entretenimiento que tiene cien años, vale decir las hipérboles visuales y emocionales que son propias de la pantalla y no de la vida, vale decir las explosiones, las persecusiones, las golpizas, los tiroteos…

Sólo así se explica la perpetuación, más que la continuidad, de estas nueve películas y que hayamos pasado de una historia de malandros apostadores y corredores de carros a otra de malandros con espías internacionales que viajan al espacio.⁣⁣ Como apunté en otro momento, más allá de la lógica o de hasta cuándo Toretto o de yonoveoesoporquemeembrutezco(comosinecesitarasrápidoyfuriosoparaponertemásbrutopedazodepajúo), en el tiempo baboso que corre, el cine de acción es un producto de primera necesidad.

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