John McAfee, de 75 años, creador de antivirus informático del mismo nombre, fue hallado muerto este miércoles en su celda en una cárcel en España, tras conocerse que la Justicia española tomó la decisión de extraditarlo a Estados Unidos.
McAfee, que iba a ser extraditado por una supuesta evasión de impuestos, se habría quitado la vida en su celda de la prisión de Brians 2 en la localidad de Sant Esteve Sesrovires, en la provincia de Barcelona (nordeste), según autoridades penitenciarias.
El personal de vigilancia y servicios médicos de la cárcel intervino rápidamente para intentar reanimar a McAfee, pero finalmente se certificó su muerte, cuyas causas investiga una comitiva judicial que se desplazó al centro penitenciario aunque, según estas fuentes, todo apunta a que se suicidó.
McAffe arrestado en octubre
El creador del antivirus fue arrestado en octubre en el aeropuerto de Barcelona cuando se disponía a viajar a la ciudad turca de Estambul e ingresó en la prisión, de manera preventiva por orden de la Audiencia Nacional de España.
Durante la audiencia de extradición, McAfee, cuya deuda tributaria Estados Unidos se eleva a más de cuatro millones de dólares, aseguró haber pagado “millones de dólares en impuestos” y dijo ser víctima de una persecución política por haber denunciado corrupción en la agencia tributaria.
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El empresario recordó que participó en las primarias del Partido Libertario en 2016 en el país norteamericano, pero no fue elegido como candidato y según el tribunal español no había “vinculación evidente” en esto con la petición de extradición.
Tampoco vio acreditada la Justicia española “activismo político o de cualquier clase que haya sido reprimido”, ni que “suponga algún tipo de peligro para los intereses” de Estados Unidos, informó La Tercera.
La resolución aprobaba la entrega por los hechos relativos a 2016, 2017 y 2018, pero no por los de 2014 y 2015, por los que también le reclamaba la Justicia estadounidense, dado que en España serían constitutivos en todo caso de infracción administrativa.
A McAfee, sobre quien pesaba una segunda solicitud de extradición de Estados Unidos, le fue denegada su última petición de libertad al considerar la Justicia española que el riesgo de fuga era evidente y que no tenía “ningún signo apreciable de arraigo”.
La Audiencia Nacional española sostuvo además que las alegaciones en torno a su estado de salud carecían de “cualquier virtualidad” en cuanto a la procedencia de la entrega, y tampoco aceptó su petición de nulidad de actuaciones para dar la oportunidad a Reino Unido, país del que también era nacional, de pedir su extradición.