La Copa América llega salpicada de hechos peculiares que la marcaron desde un principio: cambios de sedes y el aplazamiento por la crisis de covid-19 en el mundo. Pero, finalmente, este domingo 13 de junio, inicia la jornada con los encuentros entre Colombia vs. Ecuador y Brasil vs. Venezuela.
La decisión de Jair Bolsonaro de albergar este importante encuentro deportivo que iba a realizarse en Argentina y Colombia, ha sido una de las más acertadas desde todo punto de vista, incluyendo el económico y político, a pesar de las críticas existentes.
Con más de 460.000 fallecidos por coronavirus y un promedio diario de 61.000 casos, Brasil aceptó el reto de recibir a las delegaciones de la Copa América con todas las medidas de bioseguridad.
Si bien expertos aseguran que la pandemia podría empeorar en Brasil con la Copa América, ante el tumulto de aficionados, las autoridades aseguraron controlar la movilidad para evitar mayores contagios, en una nación con un sistema de salud colapsado: más del 80% de las camas de cuidados intensivos ocupadas, que incluye Brasilia, Goiás, Mato Grosso y Río de Janeiro, las cuatro subsedes del campeonato.
Aunque el gobierno federal vaciló ante las críticas, el presidente Bolsonaro dijo que lamentaba las muertes, pero “tenemos que vivir”.
Analistas brasileños concluyen que la Copa América es otra jugada complicada del mandatario ultraderecha, pero otros aseguran que todo está fríamente calculado.
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Bolsonaro y el rechazo
El presidente brasileño aprovechó una oportunidad de oro con la Copa América, luego que Colombia perdiera ser anfitrión tras las protestas contra el gobierno de Iván Duque y Argentina dejó ir los partidos por el aumento de casos por coronavirus.
Si bien Duque no es el único que enfrenta problemas políticos, Bolsonaro le sigue: en el quinto mes del año, la popularidad cayó 24% según Datafolha, seis puntos por debajo a los resultados de marzo. Al inicio de la pandemia, también las acciones de calle calentaron al país ante las pésimas políticas anticovid que adoptó la nación.
Bolsonaro ha desafiado casi a la ciencia, al poco escuchar los consejos oportunos de los médicos. Una actitud que ocasionó un aumento de contagios en Brasil y miles de ciudadanos que rechazan su gestión
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Lo económico de la Copa América
Gerardo Molina, CEO de Euromericas Sport Marketing dijo a CNN que el factor económico influyó en que Brasil aceptara ser sede de la Copa América; más aún con una Colombia en crisis política y una Argentina marcada por deudas externas.
“Bolsonaro necesita alegría, disfrutar, como que la Copa América sea el principio del final de la pandemia, y tiene una oposición muy fuerte”, explicó.
Insistió que las cuatro sedes están al borde del colapso, la Conmebol gana, “(porque) es más fuerte, es más fuerte el fútbol que el propio covid-19. Gana lo económico frente a una situación sanitaria”.
Según el medio Goal, el equipo que obtenga la victoria, se llevará 10 millones de dólares 2.5 MDD más que los 7.5 que ganó Brasil en 2019. Ese monto es adicional a los 4MDD que recibe cada equipo por ser parte de la Copa América, pues deben cubrir gastos de logística y preparación, unos recursos que aún motivan más a los jugadores de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Perú, Ecuador y Bolivia.