Israel afirmó el martes que el movimiento islamista Hamás escondía un sistema usado para interferir en las defensas aéreas en el edificio en Gaza que albergaba a medios internacionales y fue destruido por el ejército israelí.
El embajador de Israel en Estados Unidos, Gilad Erdan, dio la explicación más detallada hasta ahora de la decisión de atacar la torre al reunirse en Nueva York con los dirigentes de la agencia de noticias Associated Press, que tenía sus oficinas en ese inmueble pulverizado el 15 de mayo durante el conflicto entre Israel y Hamás.
“La unidad estaba desarrollando un sistema de interferencia electrónica para ser utilizado contra el sistema de defensa Cúpula de Hierro”, dijo Erdan, refiriéndose al escudo antimisiles que intercepta los cohetes de Hamás.
Elogió el papel de Associated Press y dijo que no imaginaba que los empleados de AP estuvieran al tanto del supuesto uso del edificio por parte de Hamás.
“Israel hizo todo lo posible para asegurarse de que ningún empleado o civil resultara herido durante esta importante operación”, dijo en una declaración publicada un día después de su reunión con los ejecutivos de AP.
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“Por el contrario, Hamás es una organización terrorista genocida que no tiene ninguna consideración por la prensa. Coloca a propósito su maquinaria de terror en zonas civiles, incluso en las oficinas que utilizan los medios de comunicación internacionales”, dijo.
Erdan dijo que su país está “dispuesto a ayudar” a Associated Press a reconstruir su oficina en Gaza, controlada por Hamás, un grupo islamista militante.
La AP y los grupos internacionales de defensa de los derechos de los medios de comunicación pidieron anteriormente una investigación independiente sobre las acusaciones de que el edificio de la Torre Jala fue utilizado por Hamás.
El ataque aéreo también destruyó la oficina de Al Jazeera, la cadena de televisión con sede en Catar que con frecuencia ha irritado tanto a Israel como a los Estados árabes con su cobertura.
El bombardeo se produjo durante una escalada militar del 10 al 21 de mayo, en la que Hamás disparó cohetes contra la nación hebrea en respuesta a lo que consideraba provocaciones en Jerusalén contra la población palestina.
Los ataques israelíes mataron a 260 palestinos, entre ellos 66 niños y algunos combatientes, e hirieron a más de 1.900 personas, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
Los cohetes y otros disparos procedentes de Gaza mataron a 13 personas en Israel, entre ellas un niño y un adolescente árabe-israelí y un soldado israelí, según los médicos y el ejército. Unas 357 personas resultaron heridas en Israel.