La Federación Internacional de la Cruz Roja prevé una dura temporada de tormentas en Estados Unidos y América Latina que podría causar devastación y grandes pérdidas.
“Nos estamos preparando para una nueva temporada de récords”, dijo a la AFP Roger Alonso, jefe de la Unidad de Desastres, Crisis y Clima de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), basada en Panamá.
“Solo en el océano Atlántico podrían registrarse hasta 20 tormentas que lleguen a tener nombre, de las cuales cinco podrían convertirse en peligrosos huracanes mayores. Un solo huracán o tormenta basta para causar un desastre que afecte a millones de personas”, detalló Alonso.
Los expertos vaticinan que se formarán de 13 a 20 tormentas con nombre solo en el Océano Atlántico, de las que 6 a 10 se convertirán en huracanes y de 3 a 5, posiblemente, serán huracanes importantes de Categoría 3 o superior.
En un comunicado, la IFRC advirtió este lunes que las tormentas podrían traer “más devastación” a una región que “todavía está muy afectada” por las tormentas y huracanes del año pasado y por la pandemia de covid-19.
En 2020, más de 200 personas murieron en Centroamérica por los huracanes Eta y Iota, que dejaron, además, multimillonarias pérdidas económicas en infraestructura y producción alimentaria producto de las inundaciones y deslaves.
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Según datos oficiales, solo en Honduras las pérdidas económicas por estos dos devastadores fenómenos sumaron 10 000 millones de dólares. Guatemala y Nicaragua, en tanto, sufrieron daños en ambos casos de más de 750 millones de dólares.
La nueva temporada de tormentas, que se inicia el martes, llega en un momento donde la pandemia todavía hace estragos en la región, una de las más golpeadas por desastres naturales producto del cambio climático, según organismos internacionales.
La IFRC teme que durante los próximos seis meses fuertes lluvias, deslizamientos de tierras, tormentas e inundaciones terminen por estrangular a comunidades vulnerables donde las vacunas contra la covid-19 aún no están disponibles en grandes cantidades.
“El impacto que ya ha tenido la pandemia en Centroamérica, México y el Caribe, especialmente, sumado a otros desastres que afectan la región y al aumento de las disparidades, elevan la vulnerabilidad de las comunidades ante la temporada de huracanes”, alertó Alonso.