miércoles, noviembre 27, 2024
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Sudaneses comparten la comida del Ramadán pese a los apuros económicos

Poco después de la oración del crepúsculo, los habitantes de Jartum desenrollan alfombras en el arcén de la carretera y paran a los conductores y viajeros para compartir la comida de iftar, que rompe el ayuno musulmán del Ramadán, a pesar de las dificultades económicas.

“Es una costumbre que heredamos de nuestros abuelos que comenzaron a invitar a los viajeros a compartir su comida de iftar después de que se construyó esta carretera en los años 1960”, explicó a la AFP Aboulmaali Mohamed Ibrahim, uno de los lugareños de Nuba, a unos 50 km al sur de Jartum.

Los habitantes de esta aldea bloquean la carretera del estado de Al-Jazirah, paran los coches y los autobuses e invitan a los ocupantes a unirse a ellos para romper el ayuno.

Les ofrecen zumo de fruta fresca, una bebida local a base de jengibre y canela, varios platos tradicionales y dátiles. Todo ello dispuesto en bandejas en el suelo, cerca de alfombras sobre las que pueden sentarse para ponerse cómodos.

Al igual que muchos sudaneses, en plena crisis económica, Aboulmaali Mohamed Ibrahima tiene problemas para llegar a fin de mes en el Ramadán. La destitución del autócrata Omar al Bashir en abril de 2019 bajo la presión de manifestaciones multitudinarias no ha mejorado su día a día.

Sigue habiendo escasez de bienes esenciales y los precios no han parado de subir, asegura.
En marzo, la tasa de inflación de Sudán llegó al 330% y los sudaneses hacen cola durante horas para comprar comida o repostar en las gasolineras.

Además, los cortes eléctricos son frecuentes y resulta complicado encontrar bombonas de gas.

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“Todo lo que tenemos” en el Ramadán

El gobierno de transición que subió al poder después de la caída de Al Bashir emprendió reformas económicas drásticas para reconstruir la economía.

Redujo, por ejemplo, los subsidios estatales a los combustibles y otros productos, exponiéndose así a avivar el descontento social.

A pesar de los problemas con los que lidia a diario, Ibrahim, un profesor, quiere compartir su comida de iftar durante este mes del Ramadán, que comenzó el 13 de abril.

“Traemos todo lo que tenemos a la mesa del iftar, por poco que sea”, dice.
Según Mudather Saad, otro lugareño, cada día invitan a entre 150 y 200 viajeros a compartir el iftar.

Omar Husein, el conductor de un autobús que transporta a unas sesenta personas, tiene por costumbre romper el ayuno en Nuba.

“Nunca tengo miedo de perderme el iftar”, afirma. “Siempre estoy seguro de que alguien nos ofrecerá algo en el camino”.

Fuente: AFP

Juan D. Vilchez
Juan D. Vilchezhttp://www.datiaopr.com
Licenciado en Comunicación Social (LUZ) y magíster en Gerencia Empresarial (UFT). Docente y experto en medios digitales.

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