La plataforma de comercio de criptomonedas Coinbase llegó al Wall Street, pero en su primera semana de negociaciones sus acciones se depreciaron, como consecuencia de las pérdidas del bitcóin, el principal de los activos digitales en el mundo.

Coinbase abrió con 381 dólares en la Bolsa de Valores de Nueva York, por encima de lo estipulado en el mercado Nasdaq (250 dólares), donde también cotiza.

La empresa con sede en San Francisco que mantiene la filosofía de libertad económica logró 420 dólares por acción, pero cayó a 291 dólares.

Esta compañía de gestión de criptoactivos se convierte en la primera dentro de Wall Street, un mercado que no “tolera” la volatilidad de las monedas digitales.

Pero, ¿qué hace Coinbase en la Bolsa? Carlos Dorado, presidente de Italbank y vicepresidente de Italcambio, dijo a GLOBOMIAMI que todos los mercados al principio siempre tienen una misma característica, pues debido al poco volumen, la volatilidad inicial es muy grande.

Coinbase actúa como monedero virtual, recuerda Carlos Dorado, eso significa que se emplea para comprar y vender criptomonedas (exchanges).

Las transacciones se pueden realizar en cualquier momento, desde un sitio unificado, mediante una dirección propia que permite enviar y recibir pagos en criptomonedas, apoyado con gráficos y estadísticas, que se manejan desde el teléfono móvil mediante una APP o la PC.

Carlos Dorado dice que ese recorrido inicial de los criptoactivos, donde el número de participantes y los volúmenes continúan creciendo, “da la impresión que este nuevo mercado vino para quedarse. Es normal que surjan ideas de plataformas (como Coinbase) para facilitar la transaccionalidad y ofrezcan los servicios de estas”.

Wall Street ha tenido el monopolio de la transaccionalidad de acciones, opción y futuros, por lo que debe estar muy atenta a nuevas tendencias que surjan, so pena de perder ese nuevo volumen y quedarse fuera del juego, advirtió el presidente de Italbank y vicepresidente de Italcambio.

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Coinbase, una legitimación del sector

La aparición de Coinbase en Wall Street es un indicio de que las criptomonedas vinieron para quedarse, insiste Carlos Dorado.

Si bien Wall Street es el mercado con una variable importante para que el producto se exponga, se compre, se venda y se logre un crecimiento importante, hay otro factor a considerar: los reguladores.

En ese sentido, Carlos Dorado se pregunta: “¿El regulador lo ve con buenos ojos? ¿Lo apoya? ¿Cómo lo va a regular? Son interrogantes determinantes para prever el futuro crecimiento de estas, y una variable fundamental para el fututo de las criptomonedas. Estas respuestas todavía no están lo suficientemente claras”, aclaró.

Si bien se está a las puertas de una “legitimación” del sector, muchos ven con recelo el ingreso de Coinbase a la Bolsa.

“La idea de las criptomonedas era la descentralización, y Wall Street es la centralización, o sea, dos filosofías completamente opuestas. Por eso, los fanáticos de la libertad económica, ven un poco una herejía cuando Wall Street arropa y le da la bienvenida a Coinbase”, analizó.

¿Consecuencias?

Cualquier instrumento de valor se fundamenta en la confianza de los inversores. De allí, que todo se ha transformado: desde el siglo XIX cuando se implementó el oro como patrón del sistema monetario, que fijaba el valor de la unidad en una determinada cantidad del metal precioso, donde el emisor de la moneda garantizaba que el poseedor de la misma podía canjearlo por oro en cualquier momento; hasta el término de la primera guerra mundial cuando los gobiernos necesitaron imprimir dinero y no contaban con el respaldo de oro suficiente.

Con los acuerdos de Bretton Woods se decidió abandonar el patrón del oro y adoptar el dólar estadounidense como divisa internacional, bajo la condición de que la Reserva Federal sostuviera el prototipo del metal.

“A partir del 1971 hay un quiebre y el dólar se convierte en la moneda de intercambio mundial, respaldada por el gobierno americano, pero sin un valor intrínseco”, recordó Carlos Dorado.

 “ya no se puede cambiar el dólar por oro, aunque se puede seguir comprando cosas, porque hay confianza”

Carlos Dorado destacó que ahora se dio otro paso importante con la creación de nuevos instrumentos de pago que no están respaldados por oro ni por un gobierno, sino por una estructura tecnológica descentralizada y hasta ahora poco regulada.

“¿Quién confía y quién no? Esa es la gran pregunta para responderse, porque sabiendo la respuesta se determinaría si vino para quedarse, o será la gran burbuja especulativa de este siglo”, enfatizó.

Si es la primera, el incremento del volumen, las regulaciones que surjan tenderán a reducir la volatilidad, y se consolidará como un instrumento financiero más, regulado y basado en la confianza de la gran mayoría.

Si es la segunda, podría traer consecuencias dramáticas a nivel mundial. “Yo, si tuviera que apostar ‘un café’, diría que las regulaciones que vendrán y la implementación de las computadoras cuánticas, hará de este mercado un mercado transitorio hacia algo más seguro, regulado y descentralizado”, concluyó Carlos Dorado.

–¿Quedarán desplazados los inversores tradicionales? ¿O tendrán que aprender a convivir con el mundo de las criptomonedas: caso Coinbase?

-Los inversores tradicionales, así como en el ciclo de la vida, algunos irán tímidamente adaptándose, otros irán muriendo en el tiempo, y surgirán los jóvenes que son más abiertos a todo tipo de innovación y cambio. Nuestros abuelos, solo usaban dinero en efectivo; nuestros padres, comenzaron incipientemente a usar las tarjetas de crédito, y nuestros hijos es muy difícil que lleven dinero en el bolsillo, y casi todos lo hacen desde sus monederos virtuales en el móvil. Eso es lo bello y lo feo de la tecnológica que todo lo cambia, y facilita la vida; lo importante como principio es que esté al servicio y para beneficio de toda la sociedad, y no al revés.