Chile se encamina a aprobar un tercer retiro anticipado de los fondos de pensión privados, medida que cuenta con amplio apoyo popular tras la larga crisis económica por la pandemia y ante crecientes críticas contra el gobierno de Sebastián Piñera por ayudas tardías y muy selectivas.
Reflejo del descontento que despierta este tema, el martes en la noche hubo cacerolazos, barricadas, ataques a comisarías y enfrentamientos con Carabineros en comunas pobres, de clase media e incluso de las más acomodadas de Santiago, en rechazo a la decisión del Gobierno de intentar frenar este tercer retiro de fondos de pensiones a través del Tribunal Constitucional (TC).
“¿Cómo vamos a ayudar a miles de personas de clase media que hoy día no tienen para pagar los gastos más básicos? Yo creo que mi gobierno comete un error; invito al gobierno a reflexionar, todavía hay tiempo”, dijo Mario Desbordes, precandidato presidencial del oficialista partido de centro derecha Renovación Nacional.
El TC ya falló en contra de la iniciativa parlamentaria que buscaba un segundo retiro y que terminó por aprobarse tras ser impulsada en otro proyecto de ley por el Ejecutivo.
Estos fondos de pensiones, eje central del descontento social que desató el estallido en las calles en octubre de 2019, fueron creados en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), para instaurar por primera vez un sistema de capitalización completamente individual.
Al cabo de 40 años de funcionamiento, son blanco de críticas al entregar montos de jubilación incluso más bajos que el salario mínimo, cobrar altas comisiones y servir de base para el financiamiento de los principales grupos económicos del país.
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Votación clave
En una sesión especial, el Senado de Chile votará el jueves la iniciativa que permite por tercera vez en nueve meses un retiro anticipado de hasta el 10% de los fondos de pensiones, con altas probabilidades de ser aprobada al contar con el apoyo tanto de parlamentarios de la coalición de gobierno como de la oposición, tal como ya ocurrió en la Cámara de Diputados, donde se impuso por una amplía mayoría de 122 votos a favor, 20 en contra y 4 abstenciones.
De aprobarse, casi la mitad de los afiliados al sistema quedará con sus cuentas en cero y se reducirá en cerca del 30% el monto total futuro de las pensiones.
En unos de los países mejor preparados para hacer frente a la pandemia en América Latina, por su bajo nivel de deuda y altos ahorros fiscales, ¿qué sucedió en Chile para que los retiros de fondos de pensiones se convirtieran en una práctica habitual?
“Fue una decisión no reconocida del gobierno de hacer esto, porque cuando llegó la pandemia no estuvo dispuesto a hacer los gastos necesarios para ayudar a la población”, explicó a la AFP Hassan Akram, economista inglés y académico de la Universidad Diego Portales.
En marzo de 2020 Chile mantenía en dos fondos soberanos cerca de 23.000 millones de dólares, como un seguro para hacer frente a situaciones de déficit.
El gobierno de Chile afirma que se ha destinado cerca del 10% del PIB chileno (unos 20.000 millones de dólares) en ayudas, pero expertos aseguran que sólo un quinto de esos recursos ha ido directamente a los bolsillos de los más afectados.
Con elecciones de alcaldes, concejales, gobernadores y las constituyentes programadas para el 15 y 16 de mayo, y la presidencial y parlamentaria en noviembre, apoyar los retiros le ha dado buenos réditos a los candidatos políticos, abriendo paso en algunos casos al populismo en un país hasta ahora ajeno a esta tendencia política.
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Exceso de “focalización” en Chile
La serie de requisitos y condiciones impuestas para optar a las ayudas en Chile, además de su tardanza, generó mucha rabia y desesperación en una población obligada a permanecer varios meses en cuarentena.
Declaraciones recientes de empresarios, como la del presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Ricardo Ariztía, quien afirmó que en su sector “falta gente que no llega a trabajar porque reciben los bonos del Gobierno”, no hicieron más que aumentar el descontento de la población.
“Esta lógica de trabas no es otra cosa que una resistencia administrativa a la idea de salir de la focalización (en la entrega de recursos)” y no optar por ayudas más universales, dijo por su parte a la AFP el economista Gonzalo Matner, académico de la Universidad de Santiago.
Presionado por el avance del tercer retiro, Piñera anunció el lunes la ampliación del Ingreso Familiar de Emergencias (IFE) a 13,5 de los 19 millones de habitantes en Chile, que recibirán un bono de 100.000 pesos (143 dólares) mensual durante un trimestre.
“Comprendemos las carencias y dolores que están sufriendo las familias vulnerables y muchas familias de clase media”, afirmó el mandatario, que se abrió también “a buscar acuerdos para aumentar la recaudación tributaria, incorporando mayores esfuerzos de los grupos de mayores ingresos”.
Sin embargo, este anuncio no logró convencer ni a los parlamentarios de su coalición.
Fuente: AFP