Por Joaquín Ortega
Como en aquel merengue: “yo tengo una gorda que me quiere flaco, yo tengo una flaca que me quiere gordo” los seres humanos jamás estamos contentos con nada. A eso agréguele que somos venezolanos y obtendrá una mezcla explosiva de ingratitud y gritería.
Cuando teníamos una sociedad en ascenso con niveles de vida dispares (pero con libertades políticas, posibilidad de ahorro y ascenso social) nos dio por invocar al comunismo militarista. Ya todos saben lo que pasa cuando llamas a ese demonio mitad rojo, mitad verde oliva. Todo pasa idéntico a un día en la vida de esos personajes caricaturescos que tienen doble personalidad: reímos al comunismo militarista en su show televisivo comiéndose al país expropiando y destruyéndolo, pero al ratico gritamos: “¡respeten los derechos humanos!”. Lloramos al muerto o al preso político calladito, mientras nos comemos una flecha… le subimos el precio a algo indiscriminadamente o le revendemos una medicina a alguien del grupo de Whatsapp, aunque nos haya llegado por la vía de la ayuda humanitaria. Empezamos a idolatrar estilos de vida narco y a esperar que nuestra vida se convirtiera en un video de reguetón, mientras decimos en voz alta la letanía: “¿Hasta dónde vamos a llegar?
Así somos contradictorios y de cables cruzados, por decir lo menos.
Oración fuerte al traje de baño
Y como no nos quedamos quietos ni dormidos y criticar es el deporte nacional con mayor cantidad de horas hombre puestas en esa sacrosanta actividad ahora nos dio por señalar la fe de una mujer bella. A la ex reina de belleza Dayana Mendoza le salió del corazón hacer una oración fuerte por la libertad y la salud de los venezolanos y entonces todo el mundo le cayó encima por fanática religiosa.
Si hubiese sido fea nadie dice nada, pero como es bella y para colmo no está pelando entonces tenemos que caerle a taquitos desde la última fila del salón a quien medio hace algo bien.
Sobre el Affaire Dayana Mendoza, hago una pequeña divagación: para mi fuero interior ella, Dayana acaba de crear un nuevo género: el Miss Evangelio (o Miss Pastora Internacional) es decir, un Pageant o concurso de belleza en donde fastuosas mujeres recitan pasajes bíblicos de memoria, mientras desfilan en trajes de baño con diseños históricos; y en donde sus puntajes serían salmos y la gente gritaría ¡Aleluya! Y ¡Amén!… Allí, las bandas que cruzarían sus hermosísimos torsos tendrían referencias bíblicas como: Miss Canaan, Señorita Samaria, Miss Betania, Señorita Monte de los Olivos y hasta Miss Armagedón. ¿Dígame sí eso no sería un tubazo?
El punto es que Dayana hizo algo bonito desde su fe. Pero aquí preferimos ver para otro lado y buscar la roncha inexistente. Recuerde que plata sí hay pero está mal repartida. Tan solo observe los autos de híper lujo que hay en las calles de Caracas (Ferraris, Aston Martin, Porsche, Tesla) versus la indigencia infantil o la ausencia de vacunas para los venezolanos en primera línea de la salud criolla y dese cuenta que ante el mal en el mundo no hay barrera de contención más allá de un suspiro.
Por lo pronto, los dejo con otra cosita divertida para que se imagine que todo lo que usted vive no es mas que una pesadilla de un Freddy Krueger en modo tropical:
#IdeaMillonaria
Una franela donde se vea a un uniformado con la rodilla sobre el cuello de un profesor universitario, el cual gana más o menos 4$ al mes
Y mientras tanto el agonizante gime: “I Can´t teach”
@ortegabrothers
