Ante la emergencia sanitaria existente en el mundo, es necesario y conveniente apelar a los estímulos económicos con el fin de socorrer a aquellas personas, empresas y sectores, que por causas ajenas, se ven en una situación grave, considera Carlos Dorado, presidente de Italbank y vicepresidente de Italcambio.

La pandemia de covid-19 ha impulsado la tasa de desempleo ante el cierre de negocios que se vieron asfixiados e imposibilitados de seguir ofreciendo sus productos y servicios.

Las naciones han adoptado una política económica que permite hacerle frente a las consecuencias de la covid-19. Son estímulos que de una u otra forma tranquilizan a millones de familias y a centenares de empresas.

Estados Unidos ha sido uno de esos países, que en aras de ayudar a los sectores económicos y a las familias, impulsa un plan de estímulo que evita el colapso económico en la sociedad ante la falta de oportunidades laborales.

Carlos Dorado explica que lo más difícil de esos programas es establecer a quién debe ir y por cuánto tiempo, en vista de que como todo proceso máximo, “es muy complejo que termine siendo en la práctica lo establecido en la teoría”.

Mantener e incentivar el tejido empresarial es primordial para conservar una economía en tiempos de crisis, debido a que al final eso generará empleo y riqueza de forma natural.

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¿Hay riesgos?

Numerosos han sido los perjuicios que se han mencionado sobre los estímulos económicos, como incentivar la práctica de no trabajar porque el Estado entrega una ayuda.

Y, es ese precisamente el gran riesgo. Carlos Dorado, presidente de Italbank y vicepresidente de Italcambio, cree que es peligroso incentivar el ocio, la comodidad y la improductividad, en vez de incentivar el trabajo y el conocimiento.

“Es un riesgo que una sociedad se acostumbre a vivir de las dádivas del Gobierno”, concluye Carlos Dorado, pues “estamos creando máquinas de crear vicios y poniendo obsoletas las que crean virtudes”

Un ayuda mensual

En tiempos de crisis como la actual, mucho se ha mencionado la frase Renta Básica Universal, que no es más que la ayuda mensual que el Estado acuerda darle a los ciudadanos.

Pero, ¿es rentable para las naciones? Carlos Dorado dijo a GLOBOMIAMI que su mayor preocupación es la parte social, inclusive más que la económica, “porque si el mensaje es: te voy a cubrir tus necesidades mínimas para que no hagas nada; el ser humano por naturaleza tiende a ser facilista y cómodo, en el sentido que una gran mayoría se va a sentir incentivada a no hacer nada. Aunque, por otro lado, habrá esa pequeña élite que ve el trabajo como un valor y no como una obligación, y se va a ver aún más incentivado en producir y crear”.

-¿Qué puede ocurrir?

-Que en el futuro hayan pocas compañías muy grandes para cubrir la mayoría de las necesidades de la sociedad, e individuos que logran investigar y cubrir nuevas necesidades de esa mayoría. Eso traerá como consecuencia que haya oasis de riqueza, y un gran desierto de pobreza, donde la mayoría estarán recibiendo esa renta universal, condicionándolos a cuánto van a recibir, en qué van a gastar, qué van a poder hacer, creando unas diferencias sociales donde la mayoría va a tener lo básico y va a ser controlada por la minoría. Pudiésemos terminar siendo una sociedad de “dictadura de elites”, que como toda dictadura siempre termina siendo mala.

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La ayudas son necesarias

En determinados momentos, las ayudas son fundamentales, pero cuando se mantienen en el tiempo son perjudiciales, explica Carlos Dorado, porque quiere decir que la maquinaria económica y social no está siendo eficiente.

“Yo siempre la comparo como el niño que requiere una clase particular o una ayuda para cubrir ciertas deficiencias en una determinada materia o tema. Pero cuando para pasar todo el curso requiere ayuda: o está fallando el colegio, o el alumno, o el profesor, o los padres. ¡Pero algo está fallando!“, sentencia.

Las interrogantes de Carlos Dorado

Una de las consecuencias negativas de la Renta Básica Universal o las ayudas que otorgan los Estados es precisamente hacer que las personas no tenga motivación al trabajo, así lo consideran los expertos en materia económica y financiera.

¿Es posible lograr un equilibrio entre ayudar e incentivar el trabajo? Carlos Dorado plantea que dos de las grandes interrogantes son “a quién se ayuda” y “por cuánto tiempo”. Eso significa que “se debe responder con un criterio pragmático y eficiente; de nuevo, apelando al caso del estudiante”.

“Es normal que se requiere una ayuda, pero no debe durar en el tiempo, porque el mensaje termina siendo equivocado, igual que para el alumno: No te preocupes en estudiar y entender, ya que al final te vamos a ayudar y vas a pasar”, comenta a GLOBOMIAMI.

Carlos Dorado dice que “enseñar a pescar tiene que prevalecer por encima de dar el pescado. Si solo lo das, hay que estar consciente que se va a dar todo el tiempo, y después, nadie va a estar motivado a aprender a pescar, y menos aún, en salir a pescar”

Lo que se debe hacer en tiempos de crisis

Mientras en el mundo existan numerosos países subdesarrollados y una élite superdesarrollada, como ha sido la historia de la humanidad, falta mucho por hacer, enfatiza Carlos Dorado.

“Siempre he pensado que la globalización en teoría es muy buena, pero en la práctica es sumamente difícil de implementarla. Pero como concepto es fantástico, porque se trata de formar, regularizar, y sacar del hueco a los países subdesarrollados para ampliar mercados y hacer el mundo económico más grande e igualitario, donde vamos a tener más mercados, más consumo, mayor nivel renta per cápita, mayor nivel económico, mayor educación y preparación, mayor desarrollo, y menos pobreza, desigualdades conflictividad social, y menos movilidad migratoria, lo cual se está convirtiendo en un grave problema para los países desarrollados”, destaca Carlos Dorado.

La fórmula ideal sería aquella en la que todos los países subdesarrollados o no, ganen. “Solo que en la teoría se ve muy bien, en la práctica es complicado, porque requiere de un acuerdo político global donde hay demasiados intereses encontrados, y una visión general nacionalista y cortoplacista. Se requiere de grandes inversiones y acuerdos, especialmente en educación, cuyos resultados tardan en verse. Pareciese que a la clase política mundial le trae mejores resultados lo que están haciendo, o al menos así lo creen ellos”.