Los peregrinos hindúes que se bañan en el Ganges sagrado para purificar su alma lanzan flores o algunas monedas, pero las ofrendas son a veces generosas y pueden ser la salvación de pescadores pobres de tesoros como el joven Rahul Singh.
En Haridwar, en el este de Uttarakhand (norte), Rahul Singh, de 13 años, pasa al menos 6 horas diarias en las aguas sagradas del Ganges, donde, con ayuda de un imán atado al extremo de un palo, pesca las ofrendas contantes y sonantes de los miles de peregrinos que vienen a lavar sus pecados.
Las festividades religiosas como el Kumbh Mela que se inició el 13 de febrero y que atrae a millones hindúes, son ocasiones de oro.
“Exige bastantes esfuerzos, pero me gusta hacerlo”, dice a la AFP mientras recupera una moneda de 30 rupias (35 céntimos de euro, 40 centavos de dólar).
Oriundo del Estado vecino de Uttar Pradesh, el adolescente se escapó de su casa hace dos años. Sobrevivió a como pudo, antes de llegar a la ciudad de Haridwar donde un camarada le enseñó a pescar monedas.
El joven prefiere compartir con una quincena de colegas un minúsculo barracón en una ciudad de los suburbios que volver a su casa. “En mi casa había demasiada tensión y pobreza. Estoy feliz aquí”, asegura
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Collar de oro en Ganges
Para los hindúes, los ríos simbolizan las divinidades que les ayudan, lo que explica el lugar preponderante que ocupan en los rituales religiosos. Sus ofrendas son testimonio de su gratitud.
Raja Yadav solo tenía ocho años cuando se escapó de su casa para ir a Haridwar, de la que había oído hablar a través de las historias de hombres que encontraban tesoros de oro y de dinero en el Ganges.
De 22 años en la actualidad, Yadav, conocido como “Jhinga” (el camarón) debido a su habilidad como nadador, es el jefe de los pescadores de monedas, entre ellos Rahul Singh.
Las monedas se pescan fácilmente gracias a los imanes. Pero el oro, la plata, el cobre y otras ofrendas preciosas, es diferente. Para conseguirlos, se necesita ingenio pero también suerte.
Una jornada de pesca puede suponer 300-400 rupias (3,5-4,6 euros, 4,1-5,4 dólares), y llegar hasta las 1.000 rupias (11,5 euros, 13,5 dólares) durante el Kumbh Mela, según Raja Yadav.
Los jóvenes convierten sus monedas en divisas con intermediarios, que cobran 20% de comisión.
Las joyas de oro y plata repescadas se venden en el mercado negro y los objetos de cobre y acero, a los quincalleros.
Hace seis años, “el camarón” se embolsó una “fortuna” tras haber encontrado en el Ganges un collar de oro de 25 gramos que vendió por algo más de 1.000 euros (1.180 dólares)
“Nuestra madre Ganga”
Una represa mantiene el nivel de Ganges constante a lo largo del año con excepción de octubre cuando los operarios reducen el flujo para dragar el lecho del río. Entonces se inicia la temporada de una competencia ruda en la pesca del tesoro.
En cambio, cuando el agua del río sube y la corriente es más violenta durante el monzón, la actividad se hace peligrosa, dice Yadav, pero sus colegas, de 11 a 76 años, son excelentes nadadores y las condiciones no les asustan.
El 2020 fue muy duro por la pandemia del covid-19 y el confinamiento estricto impuesto en el país que prácticamente dejó sin visitantes Haridwar durante largos meses. El camarón y su banda vivieron de sus magros ahorros.
Fuente: AFP