México experimenta una nueva ola de violencia precedida a las elecciones de junio, con decenas de políticos asesinados en menos de seis meses a manos del crimen organizado que intenta expandir su poderío.
La presión de narcotraficantes y otras bandas delictivas incluye además secuestros, incendios de viviendas y financiación de candidatos, de acuerdo con el gobierno mexicano, que a su vez denuncia la existencia de un “partido del crimen organizado”.
Los mexicanos deberán elegir el 6 de junio a 500 diputados federales, 15 de 32 gobernadores, 30 congresos estatales y miles de alcaldes y otros funcionarios locales.
Según las autoridades, desde el mes de septiembre han sido asesinados 66 políticos, de los cuales dos murieron el jueves pasado: Yuriel González y Melquiades Vázquez, aspirantes a alcaldías de los estados de Chihuahua y Veracruz.
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Los criminales “buscan fortalecer su operación mediante la intimidación y el aumento de su influencia política”, denunció la ministra de Seguridad, Rosa Rodríguez, al anunciar un plan para proteger a candidatos a las elecciones parlamentarios y regionales.
Rodríguez añadió que en algunos lugares los delincuentes “designan” aspirantes para controlar los presupuestos y extorsionar a los gobiernos y sus proveedores.
Crimen organizado en puestos políticos
En México operan múltiples organizaciones de narcotraficantes y otros delincuentes dedicados a robar combustible, vender drogas al menudo y el tráfico de migrantes, entre otros muchos delitos.
Los carteles de Jalsico Nueva Generación, Sinaloa y una nueva vertiente del cartel de Juárez “están tratando de patrocinar candidatos”, aseguró Anabel Hernández, autora del libro “Los señores del narco”.
“Si el presidente municipal de un pueblo llega (gana) por (injerencia de) la delincuencia organizada o por la delincuencia de cuello blanco, va a ser un pelele”, advirtió el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La campaña electoral de 2018, en la que resultó elegido López, fue la más sangrienta desde la Revolución, entre 1910 y 1924 con unas 700 agresiones a políticos, de los cuales 152 fueron asesinados (incluidos 48 candidatos), según un estudio de la consultora Etellekt.
Por debajo de los crímenes sangrientos está la pretensión del crimen organizado de “colocar alcaldes que les garanticen impunidad de operación a nivel local”, sostiene Gerardo Rodríguez, experto en Seguridad de la Universidad Autónoma de Puebla.
La Asociación de Autoridades Locales de México documentó por su parte 192 asesinatos de alcaldes, exalcaldes y políticos locales entre 2006 y julio de 2020.