El Papa Francisco llegó este viernes a Irak para una gira histórica el país que está devastado por la guerra, donde se espera que se reúna con miembros de la comunidad cristiana que allí habita y llame la atención sobre su difícil situación.
Los Guardianes de la Sangre, una milicia chiita que es respaldada por Irán, informó que suspendería sus operaciones militares mientras el Papa está en Irak.
“Damos la bienvenida a la visita del Papa del Vaticano a Iraq y anunciamos la suspensión de todos los actos militares durante la visita del papa del Vaticano como respeto al Sr. Ali al-Sistani y para expresar nuestra hospitalidad”, expresó el grupo en un comunicado.
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Asimismo, agregaron “le decimos al honorable (el Papa) que deseamos que su visita llegara cuando las mujeres yazidi y las cristianas estaban cautivas, cuando la tercera parte de Iraq cayó en manos de ISIS, eso habría sido más afectivo para nuestros corazones”.
Este sábado Francisco tiene programado visitar al líder chiita más influyente de Irak, el gran ayatolá Ali al-Sistani.
Papa: “Que callen las armas”
Poco después de llegar a Irak el Papa reclamó el cese de las armas en el país que ha sido diezmado por las guerras y las persecuciones, saludando a los cristianos que decidieron permanecer allí.
“Basta de violencia, de extremismos, de facciones, de intolerancias”, dijo el sumo pontífice. Basta también de “corrupción”, el motivo por el que cientos de miles de iraquíes manifestaron a fines de 2019. Francisco también hizo un llamado a dejar de reprimir a sus jóvenes que pedían justicia. “Hay que construir la justicia”, reiteró.
Y “que ninguno sea considerado ciudadano de segunda clase”, sobre todo los cristianos (1% de la población en este país musulmán) ni los yazidíes, minoría perseguida por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que vendió a miles de sus mujeres en “mercados de esclavos”.
El pontífice denunció así “una barbarie insensata y deshumana” perpetrada en Irak, la antigua Mesopotamia, “cuna de la civilización”.
Asimismo, recordó “la antiquísima presencia de los cristianos en esta tierra”, donde según la tradición nació Abraham, y abogó por “su participación en la vida pública” como “ciudadanos que gozan plenamente de derechos, libertad y responsabilidad”.
Tras esta etapa política, el Papa inició la parte más espiritual y popular de su viaje.