España superó este miércoles el umbral de 70.000 fallecidos por covid-19 tras haber pasado el mes más mortífero desde la primera ola, si bien la situación sanitaria ha mejorado, especialmente en los geriátricos gracias a la vacunación.
El ministerio español de Sanidad notificó este miércoles 446 nuevos fallecidos respecto al día anterior, lo que elevó el balance oficial a 70.247 decesos desde el comienzo de la pandemia.
Febrero es el mes con más de 10.500 decesos por covid-19, se convirtió en el peor mes desde abril de 2020, cuando se registraron 16.354 fallecidos, si bien la mortalidad real se estima superior.
Pese a que los indicadores señalan una mejora de la situación epidémica: de 900 casos por 100.000 habitantes en 14 días a finales de enero se pasó a 159 casos en el último balance.
En los geriátricos, donde la primera ola causó estragos, la mortalidad y los contagios descendieron notablemente con el inicio de la campaña de vacunación, que comenzó de forma prioritaria en esos centros.
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Como en otros países, el balance oficial subestima su impacto real dado que muchas víctimas o infectados no pudieron ser formalmente diagnosticados al comienzo de la epidemia por la saturación del sistema sanitario y la falta de tests.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 45.000 españoles fallecieron de covid-19 entre marzo y mayo, unos 18.000 más de los que aparecen en el registro del ministerio de Sanidad, donde solo contabilizan los que dieron positivo en un test.
El número de contagios, que era de 3,1 millones este lunes, también se considera subestimado puesto que un estudio del gobierno publicado en diciembre calculó que un 10% de la población, unos 4,7 millones de personas, había pasado el covid.
En España, más de 1,2 millones de personas fueron inmunizadas con dos dosis ante el covid-19. El ritmo de vacunación es inferior al esperado y pone en cuestión el objetivo del gobierno de proteger a un 70% de la población antes del fin del verano boreal.
AFP