El sábado pasado un reactor de Boeing 777 se incendió, específicamente el motor de un avión que sobrevolaba Colorado, un motor que tiene eficacia probada de muchos años, sin embargo, esto supone un nuevo golpe para el fabricante aeronáutico estadounidense, que no deja de acumular reveses.

Un vuelo de United Airlines Denver-Honolulu, después de media hora en el aire tuvo que regresar y aterrizar de emergencia por una falla de su motor derecho que ocasionó gran incendio y una enorme lluvia de desechos. Afortunadamente no hubo víctimas que lamentar.

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No se sabe que fue lo que pasó con el reactor de Boeing

De acuerdo con las primeras constataciones de NTSB, agencia estadounidense responsable de seguridad de los transportes, se desgarró parte de la carcasa que rodea el motor, rompiéndose varias aspas del gigantesco ventilador que aspiraba aire hacia el interior del reactor.

“Los fallos de motor nunca se evitarán y se resuelven”, explicó François Grangier, piloto de la aerolínea y experto del Tribunal de Casación francés. El peligro es que restos proyectados dañen al avión.

Los aviones como el Boeing 777 están hechos para volar con un solo motor en tanto el piloto busca la manera de aterrizar. Un solo motor Pratt & Whitney PW4000-112 puede hacer volar un “triple siete” durante más de tres horas, afirmó el fabricante.

“Cuando se hayan recuperado los restos y junto al avión, sabremos qué pasó”, y se verá si hay que revisar los protocolos de mantenimiento, expresó el experto.