domingo, noviembre 24, 2024
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El fin de la dictadura a propósito del 23 de enero de 1958

Los estudiantes y profesores se conectan como pueden, si acaso, con su datos, cuando no reciben las pésimas instrucciones de las pobres clases transmitidas por los canales chavistas.

El régimen censura la memoria del 23 de enero, bajo una serie de artilugios y manipulaciones de orden político y mediático.

En vano buscará usted algún rastro de aquella gesta del año 1958, una mínima reflexión o información, dentro del único periódico de circulación nacional para el país, Últimas Noticias, donde las prioridades del día son otras.

Repasemos los títulos de hoy, del Granma criollo, en su artero diseño del ocultamiento de la historia y la realidad: “Fracasó el intento del gobierno paralelo”, “Apertura de las actividades judiciales”, “Whatsapp: Qué es lo quiere de nosotros”, “Juicio a Donald Trump comienza el lunes”, “Saime retoma citas para el pasaporte”, “Arrancó el proceso para elegir el CNE” y “Preocupa a Borges la Corrupción de Guaidó”.

En suma, todo un mal ejemplo de la técnica del llamado “pote de humo”, con el claro objetivo de encubrir los problemas importantes de la nación, el derrumbe del aparato productivo, la depresión endémica, la inseguridad, los cortes de luz, la escasez del agua, la violación de los derechos humanos, la crisis del modelo progresista en el poder, la ausencia de un plan económico certero, y pare de contar calamidades.

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Naturalmente, así como los medios oficiales niegan los hechos de la caída de Marcos Pérez Jiménez, por complicidad militar, también lo hacen en las escuelas del precario sistema educativo público, condenado actualmente a un aburrido y propagandístico control remoto a través de la web, en un territorio sin condiciones estables de internet.

Los estudiantes y profesores se conectan como pueden, si acaso, con su datos, cuando no reciben las pésimas instrucciones de las pobres clases transmitidas por los canales chavistas.

Por tanto, la desinversión en el sector y la práctica extendida del silenciamiento de los acontecimientos, no resultan casuales.

En realidad, somos víctimas de una estrategia de borrado selectivo del pasado, tal como lo describía Orwell en la novela 1984.

Por fortuna, existen páginas alternativas, reporteros y ciudadanos capaces todavía de recordar y compartir relatos de resistencia, al estilo de otra inolvidable fuente literaria, “Fahrenheit 451”, cuyos héroes eran los hombres libros y libres en oposición a un estado general de incineración de los documentos, los textos, las narrativas de origen.

En última instancia, a la dictadura solo le interesa reforzar su cuento chino de la inevitabilidad y la eternidad, pensando en un destino de dominio absoluto de Venezuela.

Pero el mito de la revolución infinita es inviable. Lo mantienen las armas y los cuarteles, los protectorados rusos y cubanos, las represiones y las programaciones de la desesperanza.

Por ende, debemos llevar la contraria por un asunto de supervivencia y de ética, de imaginar un futuro de recuperación de la independencia y la decencia institucional, a la altura de quienes lograron derrocar a la tiranía, para inaugurar un período democrático, suspendido desde la irrupción de los años de plomo del castrocomunismo bolivariano.

En Globomiami asumimos el compromiso de hablar sobre lo que callan los laboratorios y las matrices de los bots rojos.

Al 23 de enero siempre lo invocaremos como un acto necesario de rebeldía y de insurrección civil organizada ante la traición de la seguridad nacional, los calabozos y las torturas de aquel entonces.

La idea tampoco es inmovilizarse en el estereotipado ejercicio de la rememoración, pues caben innumerables reflexiones al respecto de lo transcurrido después de 1958.

De cualquier modo, proponemos informar y analizar, opinar y cuestionar, antes que rendirnos a la normalización de fingir demencia, de cruzarse de brazos, de permitir el lavado cerebral de los instrumentadores del método Ludovico.

Es un honor anunciar que hoy asumo la Dirección Editorial de Globomiami, para refrendar principios que despiertan del letargo, animar debates necesarios y compartir ideas que los muevan.

Aquí estamos para serviles con la autoestima y el ánimo bien arriba, a pesar de las circunstancias difíciles.

Sergio Monsalve
Director Editorial de Globomiami

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