Las nuevas tecnologías y la digitalización han cambiado los métodos de pago en el mundo, incluso como consecuencia de la crisis, que ha impulsado las transacciones electrónicas y los comercios digitales.
De momento, no existen proyecciones de cuándo se dará el paso de sustituir por completo el dinero físico por el electrónico, aunque es una realidad factible sin saber cuándo sucederá esa transformación, asegura el vicepresidente de Italcambio, Carlos Dorado.
Pero, como toda iniciativa innovadora, tendrá que superar el periodo inicial de testing por parte del mercado, en el cual se observa “su apetito” y “se mide su confiabilidad”.
Carlos Dorado cree que una vez superado ese periodo de aceptabilidad, viene la etapa de crecimiento, “y si el mismo es sostenido, podría pensarse que comienza a ser una realidad, en el sentido de que vino para quedarse”.
A corto plazo, el mundo “no está listo para suprimir el dinero en efectivo”, que va perdiendo una batalla en medio de la digitalización y es “sólo una cuestión de tiempo” para que se dé el cambio.
“La gran pregunta a hacerse es: ¿Cuánto tiempo?”, reflexionó Carlos Dorado, vicepresidente de Italcambio. “Y la respuesta es difícil, ya que los procesos que involucran y tienen un alto componente tecnológico tienden a desarrollarse muchísimo más rápido que cualquier otro tipo de procesos, por lo cual no debería sorprendernos que su sustitución se dé en forma acelerada”.
Ante esa situación, para que ocurra la extinción del dinero en físico tomará mucho tiempo, pues existe una población que nació y creció con el uso del efectivo. “Los adultos y personas mayores son renuentes a cambios y al aprendizaje de nuevas formas y usos de pagar o transferir dinero”, recordó Carlos Dorado.
“Mi abuelo sólo usaba efectivo, mi padre comenzó a usar tímidamente nuevos instrumentos como: una tarjeta de débito o crédito, etc., mis hijos ya ven este nuevo mercado como normal, y seguramente mis nietos verán el efectivo como algo de historia. Al menos, esa es la tendencia; y es lo que nos está diciendo la historia”, concluyó.
Todo cambio debe ser supervisado por los bancos centrales considera Carlos Dorado
Ante el fenómeno del uso del dinero digital, es necesario que los bancos centrales controlen y administren su uso, especialmente con el auge de las tecnologías blockchain.
Carlos Dorado, vicepresidente de Italcambio, expresó que como todo mercado incipiente, todavía está poco regulado “y esto pudiese ser uno de los justificativos de por qué ha crecido tanto, sobre todo, cuando por otro lado, el mercado bancario tradicional se ha venido endureciendo debido a los controles”.
En su criterio, muchas personas -especialmente los jóvenes- tienen una relación más natural y lógica con la tecnología, pero poca experiencia y un rechazo a esa burocracia a la que los somete la banca tradicional; por ello, ven la tecnología blockchain como algo natural y cercano, dijo Carlos Dorado.
“Es una cuestión de tiempo que los jóvenes sean los adultos del mañana, y los adultos de hoy vayan muriendo, por lo tanto es una tendencia natural, que a largo plazo termine imponiéndose”, indicó.
-¿Será absurdo pensar que los métodos de pago con tecnología blockchain se impongan en la actualidad?
–No creo que sea absurdo, sobre todo después de estos años de testing, donde diese la impresión de que cada día es mayor el número de personas que lo conoce, y que lo usan. Esto, sin lugar a dudas, es un síntoma positivo de que pudiese perdurar, y convertirse con el tiempo en el método de pago líder en el mundo.
-¿Qué características definen al “buen dinero”? Entendiendo que en el caso de las criptomonedas su volatilidad poco le ayuda, y con el dinero electrónico bajo control del Estado, se necesita que exista suficiente tecnología para su oportuno flujo o, en su defecto, la mayoría de la población debería tener acceso a una cuenta bancaria.
–Todo mercado nuevo, en sus inicios, tiene como principal característica su volatilidad, debido a su tamaño, y la poca oferta y demanda de éste. A media que va creciendo, los márgenes entre compra y venta se irán reduciendo, así como su volatilidad (no necesariamente la tendencia). Por otro lado, los estados que han controlado el dinero desde su invención seguramente implementarán controles que les permita seguir controlándolo. En la medida en que esos controles no se hagan exagerados, mayores porcentajes de la población irán participando.
