Los Dodgers de Los Ángeles, luego de más de 30 años de sequía, han ganado su anhelada y esperada Serie Mundial. Y vaya que se lo merecían. Los Dodgers son un equipo extremadamente simpático y nadie, salvo quizás los fanáticos de los Gigantes, está molesto por verlos finalmente celebrando.
Pero las celebraciones de una Serie Mundial sólo pueden durar cierto tiempo antes de que empecemos inevitablemente a preguntar lo siguiente: ¿Y ahora qué sigue? ¿Qué has hecho últimamente? Los Dodgers han sido tan buenos, por tanto tiempo, que ahora que tienen un título es obligado considerar esto: ¿Cuentan como una dinastía?
Puede parecer una pregunta tonta tras apenas una Serie Mundial conquistada. Nadie salió a decir, “¡Hey, miren esa dinastía de los Reales!” luego de su victoria en el 2015. Pero los Dodgers han sido un equipo tan dominante durante los últimos años que parecieran ser esa excepción que al menos vale la pena explorar. ¿Son una dinastía? Y si no lo son, ¿qué tienen que hacer para convertirse en una?
Si están entre los escépticos con la idea de considerar a los Dodgers como una dinastía, noten que en la Liga Nacional ya obviamente son una. Han ganado el banderín del Viejo Circuito en tres de las últimas cuatro temporadas, algo que ningún otro club ha hecho desde que los Bravos ganaron cuatro de cinco entre 1991 y 1996. Aquel equipo termino alzándose con una sola Serie Mundial, en 1995, pero está bien decir que hay quienes consideran a esos Bravos como una dinastía, ¿verdad?, expone Will Leitch de MLB.com.
Jeff Passan, de ESPN, está entre los que creen que Atlanta se queda corto en ese sentido, pero el hecho de que uno de los mejores reporteros de béisbol de la tierra considere el tema uno que vale la pena debatir nos abre la puerta. Y ciertamente los Dodgers, en el contexto de la División Oeste de la Liga Nacional, son una dinastía: Este año ganaron su octavo título divisional seguido. Les garantizo que los Rockies, por ejemplo, sin duda sienten que los Dodgers son una dinastía.
Pero no se trata sólo del dominio en la Nacional. Las ediciones de los Dodgers de estos últimos años se comparan bien favorablemente con algunas de las mejores franquicias en sus mejores tiempos, franquicias a las que generalmente se les ve como dinastías.
El récord de los Dodgers durante las últimas cuatro temporadas, incluyendo juegos de postemporada, es un increíble 378-223, lo que les da un porcentaje de ganados y perdidos de .629. Es un número extraordinario. Eso es básicamente ser un equipo de 102 triunfos al año por cuatro campañas.
Y, resulta que es el mejor récord en un lapso de cuatro años (incluyendo encuentros de postemporada) entre todos los equipos en la era del Comodín (desde 1995):
1. LAD (2017-20): .629 (378-223)
2. NYY (1996-99): .628 (435-258)
3. ATL (1995-98): .624 (423-255)
4. NYY (1998-01): .622 (437-266)
5. ATL (1996-99): .621 (432-264)
Quizás se pueda cuestionar si aquellos Bravos fueron una dinastía. Pero seguro que nadie va a poner en duda que los Yankees de Derek Jeter lo fueron. Bueno, los Dodgers fueron mejores durante los últimos cuatro años que aquellos Yankees. Y recuerden que los Yankees dominaron durante una era de expansión, con dos equipos integrándose a la Gran Carpa tanto en 1993 como en 1998, haciendo más fácil tal dominio. Y a pesar de todo eso, el diferencial de +1.43 carrera de los Dodgers (incluyendo los playoffs) durante las últimas cuatro temporadas eclipsa el de esos Yankees de 1996 a 1999 (+1.19).