La imagen del cierre de temporada para Goran Dragic es un tanto extraña. En ese Game 6 de las Finales 2020 frente a Los Angeles Lakers se vio a un jugador completamente limitado desde lo físico, más allá del enorme corazón y compromiso para saltar a la cancha apenas días después de sufrir un desgarro en la fascia plantar del pie izquierdo.
En otro contexto, sin dudas que el esloveno se hubiese ausentado. Pero quería estar con ese grupo especial de Miami Heat, haciendo el último intento por conseguir el anillo. No pudo ser, pero vaya que esa imagen del final no borra unos Playoffs fantásticos dentro de un curso tan cambiante como sensacional para él.
Nadie discutirá que Dragic se transformó en una pieza vital de uno de los finalistas de esta 2019-2020 que acaba de apagarse. De hecho, su lesión terminó condicionando por completo las oportunidades de su equipo ante los angelinos. Un escenario que, a comienzos de esta larguísima campaña, parecía impensado, señala reporte de Leandro Fernández para NBA.com.
No sólo porque los de Florida no aparecían como grandes candidatos, sino porque el propio Dragic pasó a tener un rol diferente, como suplente. Es más, a mediados del curso estuvo cerca de salir traspasado. Cosas de una NBA en la que abundan opciones y siempre hay lugar para la sorpresa.
El esloveno hizo balance de un año especial en charla con Ira Winderman (The Sun Sentinel), y ponderó todo lo vivido en esta temporada, que comenzó con más malestar que otra cosa. “Fue realmente duro para mí cuando Spo (Erik Spoelstra, el entrenador) me dijo a comienzo del año ‘G, vas a salir desde el banco’. No fue fácil, estaba en shock, estaba enojado. Eso fue triste”, relató.
“Y luego lo miré pensando que podía tomarlo de dos maneras. Podría ir contra Spo y demostrarle que estaba equivocado, que debía jugar más minutos, o podía ceder y sacar lo mejor de la situación. Hice exáctamente eso. Medio como que me dije ‘bueno, vamos a tratar de ser el mejor sexto hombre del año'”, continuó.
Vaya si aceptó de la mejor manera la decisión del entrenador. Durante la Fase Regular, el europeo disputó 56 de sus 59 partidos desde le banco, con promedios de 16,2 puntos (44,1% campo), 3,2 rebotes y 5,1 asistencias en 28,2 minutos. Fue el sexto jugador con más puntos totales como reserva de la temporada, y el segundo con más asistencias.
“Creo que he crecido como jugador y también como ser humano”, valoró sobre esta situación, y reconoció lo bueno de su coach: “Estoy feliz de ser entrenado por Spo, porque te enseña un montón de cosas, no sólo sobre básquet sino sobre la vida. A veces tienes que aceptar que estás equivocado. Hay que seguir hacia adelante y tratar de buscar eso que te hará feliz nuevamente”.
A los 34 años, Dragic mostró un punto de madurez total en su juego, llevándolo al pasaje más destacado de su carrera en los Playoffs, donde promedió 19,1 puntos (44,4% campo), 4,1 rebotes, 4,4 asistencias y 1,0 robos en 32,5 minutos.
“No me siento viejo, honestamente. Es algo que te afecta de buena manera. Cuando dicen que estás viejo, después quiero demostrar que pese a eso todavía puedo jugar al básquet. 30, 40… Es sólo un número”, remarcó quien será agente libre sin restricciones rumbo al próximo curso. Buscar una manera de continuar en Miami sería un camino podría cerrar para ambos lados: “Tengo una gran conexión con Jimmy (Butler), con UD (Udonis Haslem) y con todos los jóvenes”.
Lo concreto es que la 2019-2020 se termina con un balance por demás positivo para una de las revelaciones de la postemporada. “Es algo que voy a apreciar por el resto de mi vida. No veo la hora de volver”, cerró.