La realidad de los trabajadores del sector transporte marítimo internacional varados en altamar como consecuencia de la pandemia requieren medidas urgentes y necesarias de todos los actores involucrados, incluidos el sector empresarial.
En ese sentido, un grupo de organismos de las Naciones Unidas aseguró que la coyuntura debe ser tratada como una “crisis humanitaria”.
La Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas y el Grupo de Trabajo sobre los garantías fundamentales y las empresas trasnacionales, indicaron en un comunicado que estos colaboradores tienen un rol indispensable en las cadenas de suministro en el mundo, por lo que en medio de la pandemia, su labora es vital para el flujo continuo de equipo médico, alimentos y otros bienes esenciales.
Aseguraron que estas personas son víctimas colaterales de las restricciones impuestas por los gobiernos, como prohibiciones de circulación, las restricciones al embarque y desembarque de los navíos o la suspensión de la emisión de permisos de viaje.
De acuerdo a la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) y la Organización Marítima Internacional (OMI), al menos 800 000 marineros no puede embarcar o están atrapados en buques, lo que significa contratos extendidos más allá de sus condiciones laborales iniciales.
Pero los marineros no son los únicos afectados, ya que los trabajadores del sector pesquero o los integrantes de plataformas marítimas se encuentran en una situación laboral similar.
“Esta situación afecta gravemente los derechos humanos fundamentales de las tripulaciones y otro personal marítimo, como el derecho a la salud física y mental, el derecho a la libertad de circulación y el derecho a la vida familiar. También aumenta drásticamente los riesgos de seguridad y los peligros ambientales”, advirtieron los expertos.
Con información de la ONU
