En esta temporada de 60 juegos sin precedentes e impredecible, los Marlins han hecho 60 movimientos en el roster desde que comenzó la temporada el 24 de julio. Incluso con una rotación tan alta de jugadores, el club del manager Don Mattingly está construyendo una identidad: es extremadamente adaptable.
Quizás por necesidad, los Marlins tienen la capacidad de adaptarse aparentemente de un juego a otro, de entrada en entrada. El viernes, lo hicieron nuevamente, confiando en una vieja fórmula de pitcheo, velocidad y defensa, cuando derribaron a los Bravos, 8-2, en el primer partido en Marlins Park.
El venezolano Pablo López estableció un récord personal con ocho ponches en seis entradas. Jon Berti anotó como parte de un doble robo con Jonathan Villar, y Magneuris Sierra también robó una base. El antesalista Brian Anderson hizo una jugada defensiva para salvar carreras sobre Marcell Ozuna para terminar la quinta entrada, y el jardinero izquierdo Matt Joyce hizo un agarre deslizante de revés para negarle a Johan Camargo un hit de extrabase.
Creando estragos en las bases, los Marlins se robaron cuatro por segundo juego consecutivo. Es apenas la tercera vez en la historia del club y la primera desde el 17 al 19 de abril de 2003, que se roban cuatro bases en partidos consecutivos, reportó Joe Frisaro para MLB.com.
Los Marlins (9-4) permanecen en el primer lugar del Este de la Liga Nacional, por delante de los Bravos (11-10), que están en segundo lugar.
El primer partido de Miami en Marlins Park se produjo después de que el club pasó 23 días seguidos de gira, debido a un calendario revisado después de que el club se viera afectado por un brote de COVID-19. Originalmente, se suponía que el 27 de julio sería el primer juego del club en su edificio de techo retráctil.
